5.12.08

Oh, capitán, mi capitán.

Oh, capitán, mi capitán. Necesito tu ayuda y tu protección. Es Navidad. Detesto la Navidad. Me pregunto qué demonios aporta el comunicado via campanilla anunciando que un ángel ha recibido sus alas, quien inventó el espumillón, a qué fin. Cuando se acercan estas fechas me siento como un pavo en la víspera de acción de gracias. Los ánimos se distorsionan, los vivos se convierten en no-muertos y los muertos se sientan a la mesa. La ansiedad flota en el aire como un exceso de ambientador con olor a pino. Miedo, tengo miedo, como en la copla. Y el desgaste se asemeja al de un personaje de consola que se queda sin vidas morado a puñetazos. El enemigo está ahí fuera, disfrazado de papá Noel, trepando por las fachadas, descolgándose patéticamente por los balcones. Ganas me dan de hacerme un traje mezcla de spiderman y el gordo rojo para colarme en las casas a beberme la leche y robar los regalos. Para compensar. Solo me frena imaginar que quizá la única persona que odie esta época más que yo sea el propio Papa Noel. Ahhh.

5 comentarios:

grankabeza dijo...

Pues a mí la Navidad, por algún extraño motivo, y pese a la demoledora realidad de que "los muertos se sientan a la mesa", me gusta.

Procuro evitar el centro de Madrid, apenas hago regalos (ni los recibo, claro) y disfruto de las reuniones y discusiones familiares, que, contra el tópico, no son peores ni mejores en estas fechas, sino simplemente la manera que en mi familia tenemos de decirnos que nos queremos, que nos gusta pasar un rato juntos y recordar sin mencionarlos a nuestros ausentes.

C. dijo...

En mi caso las reuniones familiares han quedado reducidas este año a mi madre y yo misma lo cual puede acabar como las pinturas negras de Goya.

De todas formas, acabo comulgando con los tópicos: decoración navideña, algún regalo y, aquí si que es tontería renunciar,los deliciosos manjares navideños: el foie hecho en casa mano a mano, la pularda, los picantones rellenos de setas, la sopa de gallets en año nuevo, el marisco...

AY.

Zelig dijo...

Hoy me dio por pinchar en un viejo enlace pensando que nada encontraría ya en él y ¡oh, sorpresa! me he alegrado mucho al reencontrarte.

Siempre es un consuelo que estés ahí.

Un abrazo,

Z.

Xose dijo...

Oh, pularda, dios, qué bien suena. Y foie...
A mí es también lo que más me gusta de la Navidad, la faceta gastronómica.
Bueno, y los regalos. Aunque últimamente están siendo un poco raros, como habrás visto en el blog.
PD. Podríamos hacer un intercambio de recetas...
La lombarda navideña me sale muy rica.
Muchísimos besos, C.

C. dijo...

Zelig, ya te he puesto a mi vera, siempre a la verita mía. Qué bonito eso que escribes. Te echo de menos.

Un beso enoorme.

C.