Hoy a las 9 de la mañana ha llegado a casa Marcello, mi lindo gatito. Contra todo pronóstico. El viernes me anunciaron que finalmente vendría, justo cuando ya había perdido la esperanza, justo cuando me planteaba mudarme a su cajón de arena debido a mi despeñe capilar. Me juré no creermelo hasta que fuera cierto...
Y esta mañana, cuando una vez más salía tarde para ir al trabajo, ha llegado el chico de MRW con la jaulita de Marcello. Tan pequeño ( el gato, no el de MRW, aunque tampoco.. bueno es igual!) . Es una bola peluda marrón chocolate y es muy bueno y obediente. Es tan bonito que no me canso de mirarlo. Ay. Supongo que es la mezcla de eso y mi nueva dosis triplicada de tranqui-macín (que digo yo que si los de la Generalitat querían iluminación navideña de bajo consumo no sé por qué no me contrataron a mí para meter los dedos en la red). La vita é bella.
No me gusta la navidad porque me recuerda todo lo que ya no es mi vida, lo que nunca volverá a ser y la nostalgia en grandes dósis, destroza el corazón. Pero este año miro hacia adelante y pienso en lo que será mi vida ahora, en lo que puede llegar a ser y estoy convencida: tengo suerte. Estas navidades que ya están a la vuelta de la esquina pensaré en lo que va a ser el resto de mi vida, lo que puede llegar a ser . No hay nada que me pueda traer estas navidades ni Papa Noel, ni los Reyes, ni naide que cambie esto porque siento que tengo todo lo que necesito para ser feliz: mis amigas y amigos, mi familia natural , mis familias adoptivas, la pequeña Sara, y lo mejor: Marcello y mi madre, los tres juntitos haciéndonos compañía y aprendiendo juntos para superarlo todo.
1 comentario:
Tengo ganas de llegar a conocer un día a Marcello. Creo que sería un buen compañero para que los tres nos tomásemos un cóctel y como diría John Ford en El Hombre Tranquilo, conspirásemos un poco...
Un beso muy grande
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