23.6.08

Nada te turbe, nada te espante

Nada te turbe, nada te espante. Me repito este mantra sin encontrar consuelo. La noche de San Juan volvemos a las cavernas, a tirar petardos y casi, y aquí lamento el "casi", a las pinturas rupestres. Impacto sonoro consentido. Petardos. El termostato de la ciudad en manos de Tennesse Williams. Cocas tóxicas, envenenadas cocas que se llevan por delante los estómagos de decenas de lugareños cada año. Y sin embargo, cocas y más cocas. Taxis y taxistas imposibles. Cofidis es necesario para poder volver a casa. Y lo mejor es no volver, abandonarse a la suerte de cada uno y despertarse el 24 a lo Charlton Heston en El planeta de los simios... con la estatua de Colón asomando en la arena. Ay.

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