2.10.08

Borderline

Si Gutemberg levantara la cabeza... después de haber echado un sueñecito sobre su imprenta, si iluminado por una visión onírica hubiera contemplado la posibilidad de comunicar datos de imprenta a imprenta y hacer que los difentes tipos fluyeran sobre sus paneles; si Gutemberg, insisto, ese inventor visionario, hubiese tenido que solicitar una conexión a internet, quizá, qué digo quizá, con toda seguridad, dispondría de la misma tarifa plana, qué digo plana, un canalón, como desde el que yo ahora intento escribiros a vosotros, mis queridos voyeurs, lectores todos.

Hoy, soy una víctima más de la batalla feroz que libran en las fronteras de la sinrazón las grandes compañías de telefonía. Yo, que era feliz en mi matrimonio aunque mi marido fuera el mismo demonio, fui seducida por ese mediocre sin escrúpulos que es Telefónica. Sus labios me hablaron de velocidades desconocidas para mí, me surrurraron cálidos paraísos inalámbricos, lúbricos reuters wifi y otras delicias que prometían hacer de mi comunicación virtual el goce infinito, el delirio cibernauta en-red-ada en un climax de fibra óptica nunca antes imaginado por mí.

Sí, lo reconozco, cedí. Pero supe reaccionar a tiempo y cancelé la oferta y con ella renuncié a las mieles que prometía su servicio. Avergonzada, se lo hice saber a Orange, mostrando mi arrepentimiento y volví a ser acogida en su seno... o eso creí. Las infidelidades nunca se olvidan y rara vez se perdonan ya sean de palabra, obra u omisión. Ahora lo sé.

Al llegar a casa, esta tarde, no tenía conexión. Orange me había repudiado y Telefónica nada quería saber de mí. Mis lamentos, mis súplicas, mis quejas se han elevado hasta los mismísimos oídos del mismo Zeus, las sirenas que encantaran a Ulises han sido despedidas ipso facto al oír el dolor de mis cantos. Y ahora sí, ahora ya tengo línea, y gratis, y volveré a tener adsl pero he aquí mi penitencia: una tarifa plana de 1 mega durante 15-30 días. 1 mega. La duquesa de Alba se mueve más deprisa. Las mareas suben y bajan más deprisa. Las imágenes se cargan como si fueran pintadas al óleo por Velázquez, Giotto o Carabaggio!!!

Nada sabeís. Vosotros, para los que las tarifas planas son solo un recuerdo borroso en vuestras mentes. Vosotros, callad. Leed mientras escribo ( que da tiempo) y no me llaméis porque no dispongo de línea para todo. Entono el "Ay" más profundo de mis "ayes" para lamentar tamaña felonía. Condenada a galeras en la red como me encuentro poco o nada me resta ya por decir que, para colgar este post, tendré que pedir un madero como el que pedía Serrat con la saeta al cantar a Jesús, el Nazareno.

Ay.

3 comentarios:

Hernán Galli dijo...

Y olé! QUé buen final, y que buen desarrollo. No sé por qué tuve la sensación de estar escuchando una canción todo el tiempo.

"Leed", qué curiosa se ve esa palabra para nosotros que no la usamos. Es un apócope de Lou Reed, che!

El demonio es un adelantado: sabía antes que nadie sobre la globalización, y así supo estar en todas partes, al mismo tiempo!

Anís y colesterol per tothom!

C. dijo...

Gracias Hernán! Aquí sigo, luchando contra el demonio!!!

Lou Reed! Lou Reed!!

Alba dijo...

Qué bueno este post, y qué bien escrito, me encantó!
A mí me tienen harta de llamarme a TODAS horas para ofrecerme tentadoras infidelidades a Telefónica, pero no cedo, aún si estoy a disgusto, "por si acaso"... ;)
Saludos,

Alba