" Como acontece a menudo, el constante roce con mentes mezquinas
acaba con las buenas resoluciones de los más generosos"
H. Melville, Bartleby
Sí, es cierto, el roce constante con la mezquindad le quita a uno las ganas de ser generoso, de tener paciencia, de cuestionar lo evidente y le empuja a pensar que quizá sea él, nosotros, los mezquinos o los egoístas. Ellos y sus cerebros privados de oxígeno no son ni tan siquiera capaces de trazar estrategias conjuntas. Y sin embargo, es curioso cómo ante una situación de peligro se les puede ver establecer cancerígenas complicidades en un tiempo récord. La mezquindad de los mezquinos es pura metástasis, daña la primera célula sana de la cadena de la generosidad y, si no se reacciona a tiempo, se corre el riesgo de ser invadido sin remedio. Nos contagian su necia sintáxis, alteran nuestros paradigmas y nos crean la ilusión de que necesitamos incorporar significantes que en realidad nunca antes tuvieron cabida en nuestro mundo. Enfrentados a ellos somos aquellos locos de principios de siglo a los que se sometía a insoportables sesiones de electroshock con la esperanza vana y torpe de modelar su carácter. Los generosos molestan, son la gangrena de los mezquinos. Y hay que exterminarlos, hay que anegarlos de mezquindad, dejarlos secarse tras el cristal de una oficina tan sólo porque, con buen juicio, ellos han decididio no abrumar con su realidad a los titulares de tanta miseria. Necesitamos hombres y mujeres espejo, generosos practicantes y organizados que empiecen a devolver lo que se les arroja. Servicios de limpieza. Hasta cuando durará esta situación. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar, que decía la canción. Pues eso.
Ay.
1 comentario:
Abundan los mezquinos, y es como si fueran contagiosos, pero por fortuna existe gente verdaderament noble en medio de tanta ruindad; gente entregada, desprendida y justa que se rebela contra la mediocridad negándose a doblegarse. Tú eres una de ellos, C. Tú me has devuelto la esperanza en el ser humano ahí en medio. Así que si la estás perdiendo, yo te sostendré, o eso intentaré. No decaigas, todo se andará. Piensa que la justicia -aunque sólo sea la poética- existe.
Besos de consuelo,
P.
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