25.4.09

Un globo, dos globos, tres globos...


La Luna es un globo que se le escapó. No tenía nada que decir o no quería decir nada. Mejor callar. Si no dice nada quizá nadie se entere. Quizá no haya de que preocuparse. Parece que sólo queda sentarse a esperar a que, en cualquier momento, la historia se repita: un globo, dos globos, tres globos y también la luna puede saltar en mil pedazos. Y no quiere ni pensar en cómo sigue la canción. Quizá, sencillamente, se precipite hacia su fin o hacia el vacío.
En Méjico una epidemia ha hecho que las autoridades sanitarias no recomienden los abrazos, las muestras de cariño. A dónde vamos a parar. Sabe que ella es Bird, Charlie Parker, y nada sabe de administrar los silencios, de ser como Miles. Si fuera capaz de eso quizá no fuese capaz de sentirse tan sola y todo podría resolverse en un excueto y despreciativo: " So what". Pero ella sabe que en esta historia será la que se muera de un ataque de risa.
Y ahora solo piensa en el camino hasta la siguiente fiesta, en el camino hacia la siguiente sonrisa, en que ninguna de las cosas que hacen boom decida hacerlo esta noche, mientras calla, o lo intenta, o baila. Y puede que también deje que la besen aunque no esté preparada. Porque hay besos que abren puertas, que te arrancan de Oz, te devuelven a casa y otros que te alejan de ella, y no le parece mal, tener un plan B, un plan de huída que le aleje de todo lo que lleva su nombre.

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