22.11.11
Hacer el chino II
Si todos los que estamos hasta las gónadas de falsas promesas, de sueldos que desafían la ley de la relatividad, de nóminas que de puro congeladas deberían adjuntar cubitos de hielo, de reproducción imposible e improbable y sin tiempo para nada más que trabajar saltáramos a la vez de nuestros puestos de trabajo un día de forma definitiva y al unísono, ¿acaso no tendríamos el mismo poder que todos los chinos saltando a la vez para sacar a la tierra de su órbita? Pues eso. Los chinos son los nuevos dinosaurios, tienen todas las respuestas y prefieren ser discretos. Pero yo sinceramente no sería tan osada de empezar a cabrearlos. Ha llegado el momento de abandonar las tiendas de campaña y sacar las esterillas al portal de cada casa pagada con dificultad y sin ayudas. Y esperar. Todos chinos. Cada vez más.
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