"La invitación era la imagen de una ballena. Era una ballena auténtica, una fotografía de una ballena de verdad. Examiné sus diminutos y sabios ojos y me pregunté dónde se encontraría en aquel momento. ¿ Estaría viva y nadando, o habría muerto hacía ya mucho tiempo, o se encontraría moribunda en ese preciso instante? Cuando muere una ballena, va cayendo al fondo del mar muy lentamente, y tarda un día entero en caer. Los demás peces la ven caer, como si fuera una estatua gigante o un edificio, pero lentamente, muy lentamente. Centré toda mi atención en aquel ojo. Trataba de meterme en su interior, de llegar hasta la ballena de verdad, la ballena moribunda y susurré: No es culpa tuya".
Miranda July, Nadie es más de aquí que tú. Seix Barral.
1 comentario:
Oh là là! Yo también quiero leerlo...
P.
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