6. Pasando de largo el último milagro de previsión práctica, llegamos a una caja de cerillas. De vez en cuando, enciendo una de éstas, porque el fuego es bello y te quema los dedos. Algunas personas piensan que es un desperdicio de cerrillas: las mismas personas que se oponen a la construcción de las catedrales.
El último párrafo pone fin a la carta:
12. Un Corazón... perdido en alguna parte. Y éstas son prácticamente tidas las propiedades que pueden incluirse en un inventario en el momento presente. Después de todo, mis gustos son estoicamente simples. Un sombrero de paja, un bastón, una caja de cerillas y algo de su propia poesía.
¿ Qué más necesita un hombre."
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