No estás en lo que celebras,
ni en los cuerpos
que invades cada noche.
En cada oasis bebes
hasta hartarte.
que invades cada noche.
En cada oasis bebes
hasta hartarte.
Le has dado tu número
al Becerro de Oro,
al Becerro de Oro,
y ni siquiera contemplas
esperar a que llame.
esperar a que llame.
Y aunque no sabes usarla
necesitas un arma, Colombina,
para marcar las muescas,
apuntarte los tantos,
comerte veinte,
contar casi cuarenta
contar casi cuarenta
y seguir devorando.
3 comentarios:
Que buen poema!
lindo blog!
Me ha encantado. Eres lo más
Publicar un comentario