16.4.13

Ceci n'est pas une Plath



Durante meses este había dejado de ser un lugar seguro. Decidida a callar para no convertirme en esclava de mis propios pensamientos he permanecido en silencio. Todo está cambiando. Todo es nuevo. Todo es mejor. El horizonte es infinito, lo sé ahora que no le doy la espalda. El futuro existe y yo también tengo uno. Aparezco hoy aquí frente a una orilla imaginaria y, como en un ritual vikingo, digo adiós a los cadáveres que, a lo lejos, arden entre llamas.

1 comentario:

g dijo...

Bon vent i barca nova! Fuera cadáveres, caspa y polvo.
Qué alegría leerte, Covavski, qué alegría.