25.11.12
18.11.12
Coetzzee
"En opinión de Coetzee, los seres humanos jamás abandonarán la política porque esta es demasiado conveniente y atractiva como un teatro en el que representar nuestras emociones más innobles. Las emociones más innobles abarcan el odio, el rencor, el despecho, los celos, el deseo de matar y así sucesivamente. En otras palabras, la política es un síntoma de nuestro estado de degradación y expresa este estado."
Verano, John Coetzee
17.11.12
16.11.12
...
Puede pasar y pasa. Es inevitable. Resbalas, tropiezas, cuando empezabas a ser capaz de mantener el equilibrio, te caes. Pasa pero sigues adelante. A fin de cuentas el tiempo del que dispones ahora es para eso. Te levantas y abres la puerta a toda esa basura que te cae de la cabeza para que salga volando de tu espacio. Esperas que pase o que encuentres la fórmula de arrasar esos brotes de mala hierba que te nacen del cerebro. Ya ni preguntas qué o por qué porque sabes que no importa. No eres un héroe ni un elegido por los dioses. Tu cabeza no baila con escobas porque esté a punto de parir la idea final que acabe con los males del mundo. Sientes y como sientes, padeces. Haces lo que puedes y no es mucho. Estas enfermo, no sabes lo que dices, vives en una fiebre de pijamas que te paraliza. Quién eres, qué vales, cuánto cuestas. Donde duerme tu alegría, tu felicidad, tus ganas. Dónde se esconde el sexo, dónde ha ido tu belleza, tu alegría, la mujer que eres y no encuentras. Por qué te mueres si te quieren, si te esperan. Por qué te hundes. Por qué sales a la calle y sólo eliges las cuestas que te conducen más abajo, allí donde nadie te conoce ni te encuentra. A qué esperas. Los días pasan. Permaneces inmóvil en la orilla del mundo.
11.11.12
Noches Azules por Joan Didion
Apenas dos horas de silenciosa lectura. Reencuentro con Didion y su historia familiar. Quería, necesitaba saber dónde, en qué punto se encontraba, como quien espera noticias de una vieja conocida. Su marido murió exactamente un año antes que mi padre, de la misma forma absurda e inesperada que mi padre, el 30 de diciembre de dos navidades que cambiaron el rumbo de todo. En ambos casos, uno de los hijos estaba sufriendo ya una enfermedad terrible que acabaría con ellos pocos meses después. El año del pensamiento mágico fue para mí uno de los pocos libros que puede leer en aquella época y el único en el que encontré el reflejo de mis pensamientos y consuelo.
Ahora leo, he leído, Noches Azules y ha sido un reencuentro emotivo y desdramatizado con esta escritora que me explica el mundo tan francamente. No sé si es un gran libro, no es mejor que el anterior, pero para mí es una experiencia tan personal que no podía dejarlo pasar. Y llega en el momento apropiado.
Gracias a M. y a g. por los portes.
"Te quedan tus maravillosos recuerdos, me decía la gente más tarde, como si los recuerdos trajeran consuelo. No lo traen. Los recuerdos son por definición pasado, de lo que ya no está. [...] Los recuerdos son las cosas que ya no quieres recordar."
"Me prometí a mí misma que no perdería el empuje. No perder el empuje fue el imperativo que estuvo resonando durante todo el trayecto hacia el sur. De hecho, no sabía que pasaría si lo perdía. De hecho, no tenía ni idea de lo que era. Daba por sentado, incorrectamente, que tenía que ver con el movimiento, con viajar, con registrarse en hoteles y marcharse de ellos, como ir al aeropuerto o regresar. Lo intenté. "
"Conservo la fe (que es otra manera de llamar al empuje) en que mis síntomas, que no han dejado de regresar bajo encarnaciones ligeramente alteradas y de momento han tenido una duración más cercana a los cuatro años que a los tres meses, mejorarán, se atenuarán y terminarán por arreglarse. Yo hago lo que puedo para que se produzca este arreglo, sigo todas las instrucciones que me dan. [...] Colecciono buenas noticias y hasta me concentro en ellas."
1.11.12
Muchacha enigmática
La muchacha de cabellera rizada
dijo que sus cabellos eran serpientes
invisibles para los demás
pero capaces
de escupir fuego invisible
que todo lo incendiaría.
No quedaron petrificados
sino que le administraron
la droga de la verdad
que casi siempre garantiza
que el paciente así tratado
dirá la verdad
Se cuenta que ella no se retractó
De aquella clínica sólo queda un montón de cenizas.
dijo que sus cabellos eran serpientes
invisibles para los demás
pero capaces
de escupir fuego invisible
que todo lo incendiaría.
No quedaron petrificados
sino que le administraron
la droga de la verdad
que casi siempre garantiza
que el paciente así tratado
dirá la verdad
Se cuenta que ella no se retractó
De aquella clínica sólo queda un montón de cenizas.
Erich Fried, Cien poemas apátridas.
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