7.2.12

Pienso luego insisto

No encuentro mi azul. He pasado un rato en una tienda de bricolage mirando tipos de pintura, esmaltes de diferentes colores, en definitiva, distrayendo mi mente de los malos presagios. Y ahora tengo unas ganas feroces de desmontar los muebles de la cocina y sus tiradores. Quiero pintarlos de blanco y restaurar con esmalte color plata los pomos. El salón vendrá más tarde, cuando encuentre mi azul. QUizá resulte cómico pero pensar en pinturas, decoraciones, proyectos, me hace sentir útil. Me hace sentir que hay algo que puedo controlar. Ordena mi mente. Me da templanza. Con todo, parece que los últimos días hace menos frío. Necesito un descanso. Siento que me están moliendo a palos. Soporto la tensión porque tengo experiencia en funerales. Sin embargo, para todo hay comentarios superfluos. Estás en una nube, no deberías marcharte. Si estuviera en una nube sería un oso amoroso y no tengo el pelo cubierto de pelo de colores. Pienso en mi padre y en mi hermano, pienso en el tiempo lejos de ellos, en hacer que valga la pena, pienso luego insisto.

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