23.5.13

Día necio



Tengo el día necio. Todo me turba, todo me espanta. Todo se disloca, todo se distorsiona. Será la muela que sigue aquí, los antibióticos, esta extraña forma de vida que me desborda ahora que no traumo luego existo. Pienso en hacer las maletas, abandonar este lugar definitivamente e irme con la música a otra parte. No escribo, aquí no escribo y parece que el daño es irreparable. Quizá sea eso, que la cicatriz no va a desaparecer nunca. El delirio, la montaña rusa. Tengo el día necio, ya lo he dicho. No me creo, me transformo, todo pasa muy deprisa y son 38 años de muerte lenta, de pena boba. Me voy al norte, a mi tierra roja de Tara, al Sur yanky y sus costumbres, allí que me traen de cabeza, el gato al agua... Regreso a Tara y cargo las pilas, me emociono, me centro, me arranco la muela y la tiro al mar.
Tanta vida me agota, tanto sol, tanto bueno. Necesito un poco de infierno y nubes negras. Soy una yonki irrecuperable y guardo algunas tempestades en un tarro de café. Me dirán que mi pelo, que mi ropa, que tan gorda... y volveré al avión, a casa, a Marcello, y la vida aquí será maravillosa, mía, cierta, oblonga, con mis "ellos" a los que quiero tanto, mi ejército de salvación, el seat belt al que me abrazo cada día por la meva securetat.

1 comentario:

uniformes cali dijo...

Que interesante forma de escribir