27.9.12
La medicina me fascina
Cada vez que voy a un médico mi visión de la realidad se trastoca. Hoy, sin ir más lejos, me tocaba visita al cirujano vascular. Desde hace tiempo gastaba piernas de aragonesa o lo que es lo mismo, mis tobillos lucían un grosor similar al de la poco favorecedora combinación de gruesas medias de lana y cinta de alpargata bien ceñídita. Decidida a resolver mi dolencia caí en manos de Esaú, mi cirujano vascular. "Esaú, hijo de Ruth, nieto de Abraham" fue lo primero que me vino a la cabeza cuando oí su nombre. Pues bien, Esaú, Esaú, cuando mueras que harás tú, me ha practicado esta misma tarde un eco doppler venoso. Y la escena ha resultado impagable. Ahí estaba mi Esaú, subiéndome la falda y pasándome el ecógrafo downton abbey, mientras yo posaba con la pierna de lado y las manos apoyás en la cadera. La vida te sorprende con momentos de inusitado erotismo. La buena noticia es que estoy bien y que me hincho porque bueno, el patio no está para menos. No tengo que volver (lo he preguntado imagino que debido a la sinrazón que provoca éxtasis o el desconcierto, ahora dudo) y al menos ahora, después de tan emotiva experiencia, gracias a Esaú ya sé lo que me corre por las venas. Por eso insisto, la medicina me fascina.
9.9.12
2.9.12
Terapias alternativas
Septiembre está aquí. Ha llegado el mes de la siembra y dicen que el que siembra, recoge. Esta afición, que ya se consolida, ha sido todo un descubrimiento. Mascotas, vegetales, pronto, quién sabe si humanos. Gracias a M. y tras zambullirnos en una orgía de tornillos, soportes, listones de madera, ingleteras, sierras y demás perversiones bricoladoras, ya cuento con luz en mi terraza. Muy pronto convocaré a los superhéroes para celebrar la llegada del mejor momento del año: el otoño en Barcelona.
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