30.6.09
26.6.09
25.6.09
23.6.09
Piedritas en la ventana
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
Mario Benedetti
22.6.09
Falsa alarma
Pensé que quizá la tregua era el paso previo a la calma, a una felicidad leve pero que nos permitiera decir adiós a las armas... pero me levanto y la veo llorando, y sé que es bueno que así sea. Es difícil, casi imposible, digerir lo evidente cuando se nos atraganta. Logramos esquivar el día a día, la amargura de los aniversarios; logramos que no se atrofien esos dedos de la mano que ya no usamos para numerarnos, pero la realidad se planta ahí cualquier día, frente a ti, para recordarte el enunciado más sencillo: no van a volver. No obstante, a estas alturas es cierto que uno debería tenerlo claro, pero te levantas y está ahí, esperándote en la puerta de tu cuarto, esperando a que salgas para joderte el día. Me levanto y la veo con lágrimas en los ojos y sé que esa felicidad que presumíamos no viene para quedarse, así que voy a la tienda del vigía, lo zarandeo hasta despertalo y le ordeno que suba inmediatamente a su atalaya. No parece que esto vaya acabar nunca. Falsa alarma.
18.6.09
17.6.09
15.6.09
Lo bueno de escribir es escribir
"En una entrevista reciente, Grass declara: "He tomado conciencia muy tarde de algo que realmente es muy importante: lo bueno de escribir es escribir". Y tan importante: si lo bueno de escribir no es escribir, entonces ¿qué es lo bueno de escribir? ¿El dinero que ganas por escribir? ¿Las veces que sales en la tele por escribir? ¿Las tías a las que te ligas por escribir? Escribir por dinero es tan legítimo (o más) que escribir por vanidad, pero cualquier ejecutivo bien pagado gana más dinero que cualquier escritor, incluido Günter Grass; querer salir en la tele es tan legítimo (o más) que querer escribir una página perdurable, pero cualquier Belén Esteban suficientemente racial sale en la tele más a menudo que cualquier escritor, incluido Günter Grass; aspirar a ligarse a todo lo que se pone a tiro es tan legítimo (o más) que aspirar a escribir La Divina Comedia, pero cualquier portero de discoteca medianamente resultón liga más que cualquier escritor, incluido Günter Grass. No sé: estamos hartos de oír decir que la novela está en crisis, pero si ahora resulta que el autor de una de las grandes novelas del siglo XX ha tenido que llegar a los 87 años para descubrir algo que los escritores suelen descubrir en cuanto empiezan a escribir, entonces a lo mejor es verdad que también los novelistas tenemos un problema."
Javier Cercas, EPS. 14/06/09
12.6.09
Sir Lancelot
10.6.09
El tío Benigno
Yo querría tener un tío que se llamara Benigno. Tengo un tío que se llama Félix, que podría ser motivo de alegría en latín, pero ningún Benigno. Será por aquello de los orígenes celtas que ignoran la tradición nominal más serrana.
Si tuviera un tío que se llamara Benigno, podría utilizar su nombre a modo de oasis. Podría llamar a su casa y preguntar: " ¿Está Benigno?" y sentirme mucho mejor al escuchar " Sí, si, Benigno. Ahora se pone" El tío Beni sería mi placebo sopinstant. Pero si uno no tiene un tío que se llame Benigno, y tiene que esperar el resultado de una biopsia( de quién sea), que es al estado del ánimo lo mismo que una sobredosis de coles de bruselas, solo se me ocurre tirar del placebo universal por excelencia, la cerveza, que como la coca-cola lo mismo sirve para un roto que para un descosido.
Así que no sé cómo me lo voy a montar porque como sólo tengo un tío que se llama Félix, voy a tener que llamar a su casa y preguntar por él. Se me ocurre que quizá funcione si lo intento en latín: "Habemus felix?" "Habemus, habemus" Y yo con mi sonrisa recién estrenada ya me sentiré mejor: "Tío Félix, que si te vienes a tomar una cerveza. ¿Sí? "
Bonen, bonen.
Si tuviera un tío que se llamara Benigno, podría utilizar su nombre a modo de oasis. Podría llamar a su casa y preguntar: " ¿Está Benigno?" y sentirme mucho mejor al escuchar " Sí, si, Benigno. Ahora se pone" El tío Beni sería mi placebo sopinstant. Pero si uno no tiene un tío que se llame Benigno, y tiene que esperar el resultado de una biopsia( de quién sea), que es al estado del ánimo lo mismo que una sobredosis de coles de bruselas, solo se me ocurre tirar del placebo universal por excelencia, la cerveza, que como la coca-cola lo mismo sirve para un roto que para un descosido.
Así que no sé cómo me lo voy a montar porque como sólo tengo un tío que se llama Félix, voy a tener que llamar a su casa y preguntar por él. Se me ocurre que quizá funcione si lo intento en latín: "Habemus felix?" "Habemus, habemus" Y yo con mi sonrisa recién estrenada ya me sentiré mejor: "Tío Félix, que si te vienes a tomar una cerveza. ¿Sí? "
Bonen, bonen.
8.6.09
2.6.09
Orden del día
A qué viene la noche si no es buscando pájaros. Sobre la profundidad que abraza mi balcón, asisto sin palabras a la manera ciega y astuta, sus lápices infatigables, el pausado latido del corazón. Por eso he abandonado el sueño, saliendo de sus manos por un infinito estudio y una segura consecración. Ahora estoy enteramente en la actitud nocturna que las horas más graves exigen. Huyo de los relojes, establezco distancias invariables de mi cuerpo al llamado de timbres y campanas. Sostenido en mi balcón por una paciencia osada, miro llenarse la calle de topacios, en una sorda batalla de sustituciones, hasta que las aristas de toda contrucción son arrasadas por la manera de lo que viene y las aguas de la sombra ascienden, con aspirados torbellinos silenciosos, hasta mi refugio. A qué viene la noche si no es buscando pájaros. Cuando está junto a mí, abro los brazos, la bebo profundamente y me dejo ir, ya olvidado de resistencias, como un halcón fulminado o una construcción gótica.
Julio Denis, XLI
Papeles inesperados, Julio Cortázar. Alfagurara, 2009.
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